El verdadero significado de los cuentos infantiles.

Más de una vez he contado lo mucho que aprendí escuchando la radio por la noche. Ya que la radio por la noche tiene o tenía grandes programas con grandes profesionales.
Un programa que me encantaba era el que Andrés Aberasturi e Ignacio Elguero hacían en RNE y recuerdo que uno de los temas que más me impactó era el del significado oculto de los cuentos infantiles. Y es que a todos nos han contado de niños, o hemos contado cuentos como Blancanieves o Caperucita Roja, cuentos que hoy día pueden resultar rancios en ciertos aspectos pero que si lo analizas un poco no son precisamente para niños. Y aunque las versiones de estos cuentos que todos conocemos están muy almibaradas respecto a las versiones originales de Perrault o los hermanos Grimm, cuentos que más bien eran para adultos y auténticas historias de terror, si analizamos un poco las versiones que conocemos son igualmente desagradables.
El mismo cuento de Blancanieves trata de una niña que es atacada por una madrastra envidiosa que está viendo que la está aventajando en belleza, y al final Blancanieves muerde la manzana envenenada que le da la madrastra y cae en un profundo sueño, aunque parece muerta. Llega un príncipe que se queda prendado de su belleza y le da un beso de amor y la rescata. Este breve recuerdo del cuento muestra, claramente, que en la sociedad actual el cuento está obsoleto. Que llegue un príncipe marcador de paquete rescatador de damiselas en apuros y que simplemente con un morreo la despierte, como si la estuviera haciendo un favor, en una sociedad en que las mujeres son independientes y libres tiene unos tintes totalmente rancios. Si bien, esto no es de lo que se habló aquella noche en la radio y en principio el príncipe no representa el macho rescatador sino el despertar sexual en el paso de una niña a mujer. Pues el significado real del cuento es la niña (Blancanieves) que se está convirtiendo en mujer, y la madrastra representa a la mujer que ve en Blancanieves a su emergente rival, por eso intenta deshacerse de ella. Se llama Blancanieves, porque el blanco representa la pureza. Los 7 enanitos creo recordar eran los 7 pecados capitales. Recuerdo a Andrés Aberasturi preguntándole a la persona que había estudiado los cuentos si ese beso de amor que hizo despertar a Blancanieves… sólo podría haber sido con lengua (¡Aberasturi! ¡Siempre tan claro! ) y la respuesta fue que efectivamente. El beso de amor simbolizaba el paso final de la niña a mujer.
Aquella noche no se habló del cuento de Caperucita Roja, buscando en la red he visto análisis bastante duros de este cuento. Caperucita Roja es un cuento que advierte a los niños de los depredadores sexuales. El lobo es el depredador sexual, que acecha en el bosque, que se esconde bajo un disfraz. Que engaña, que quiere aprovecharse de la niña. La caperuza Roja simboliza distintas cosas según las páginas consultadas. Unos afirman que el rojo, color de la pasión y la lujuria simboliza la atracción sexual que siente el lobo por la niña, otros afirman que representa la primera menstruación. Todos conocemos el cuento así que no es necesario que escriba una breve sinopsis pero… ¿No es un poco desagradable que el lobo se coma a la abuela, y luego le abran la tripa, le metan piedras, se la cosan y muera ahogado al querer beber agua? ¿Eso es para niños?
He contado solo pinceladas del significado oculto. Realmente los cuentos infantiles están llenos de simbología y del análisis de Blancanieves, que es el que escuché, no recuerdo todo lo que se dijo.

La cuestión es que los cuentos infantiles (sólo hay que recordar el del “Pastor mentiroso”, por ejemplo) suelen tener de fondo una enseñanza moral, una moraleja, pero ¿Cuántos de nosotros, cuando éramos niños, vimos el cuento de Caperucita como una advertencia de los depredadores sexuales? ¡Si ni siquiera sabíamos que existía el sexo! Quizás nos tendrían que haber dicho claramente NO TE ACERQUES A DESCONOCIDOS, NO DEJES QUE NADIE TE TOQUE. Pero no soy psicóloga infantil para emitir un juicio acertado a este respecto. Esta es sólo mi opinión. Los cuentos tienen que llenar a los niños de fantasía. Que sean historias moralistas me parece muy bien, pero si hay que advertirles de peligros que estén claramente descritos.

Yo crecí con Blancanieves, Caperucitas y los 3 cerditos. En mi casa hay mucha guasa con mi relación con los cuentos infantiles: pues yo a la Bella Durmiente la llamaba la Durmiente, durmiente del bosque y me paseaba por mi casa ofreciendo manzanas envenenadas, y aunque obviamente no viví aquellos cuentos como historias de terror los cuentos que más me gustaban eran los que me contaba mi maravilloso abuelo Joaquín sobre un diminuto tan pequeño que podía vivir en una caja de cerillas, me hablaba de él como si fuera real y “curiosamente” siempre que yo llegaba él se acababa de ir y aunque siempre fui una niña muy realista y no me dejaba llevar por fantasías, consiguió darle a mi infancia un toque de magia. Los cuentos de este personajito eran aventurillas siempre graciosas, de un diminuto con comportamiento infantil y algo gamberrete, totalmente aptas para hacer a los niños partirse de risa, que eso es lo que importa.

Dedicado a mi queridísimo abuelo Joaquín J. G. el mejor abuelo que cualquier nieto podría tener. Un hombre además, bueno, valiente, justo e inteligentísimo. Fui muy afortunada por haberle conocido y haber podido disfrutar 8 años del imenso amor que me dio.

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